Cualquiera que visite Arrasate se encontrará con un pueblo de carácter industrial, pero además de eso también esconde una riqueza monumental y paisajística extraordinaria.
Su casco antiguo conserva restos de la estructura medieval original y es posible cruzar los tres portales de entrada que daban acceso a la villa. Se organiza en tres calles longitudinales por las que, a medida que vamos paseando, encontraremos construcciones interesantes de diversas épocas: Parroquia de San Juan Bautista, Palacio Bañez Artazubiaga y la increíble plaza barroca, entre otras.
Para disfrutar del paisaje, recomendamos acercarse a los barrios rurales que se encuentran a poca distancia del centro urbano como Udala, en las faldas de Udalatx; Bedoña, cuya parroquia conserva restos románicos; Garagartza, Uribarri y Meatzerreka.